Un éxodo y un óbito

Posted on 30/03/2007

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Cada tanto tiempo ocurre una crisis, una situación descontrolada, que saca a relucir las grandes flaquezas y miserias de la gente. Esta vez, esta crisis fue provocada por el anuncio que hizo el gobierno de España de que no sería posible entrar a ese reino sin una visa.

Hace algún tiempo se constató que habían olas y olas de migrantes bolivianos que huían a España. ¿Porqué? ¿Por el desempleo? ¿Por huir del autoritarismo del MAS? ¿Por ambos? No me toca responder eso acá, pues es motivo de una investigación seria, profunda y científica, cosa a la que no estoy acostumbrado (lo mío es especular). Pero la acumulación de estas olas de migrantes a medida que llegaba la fecha indicada llegó a provocar el colapso del sistema.

No creo que sea totalmente la culpa de la línea aérea. En realidad, las líneas tienen una práctica que aborrezco por principio: sobrevenden su vuelo para evitar los “no-show”, la gente que no aparece al momento de la partida. Tampoco creo que sea enteramente culpa de las agencias de viaje, por exactamente el mismo motivo. La venta de pasajes no es, como la gente cree, como la venta de taquilla del cine. Y eso explica el enorme número de gente varada en Viru-Viru. Eso y el hecho de que con un solo avioncito por línea que va y vuelve todo el tiempo en algún momento se iba a cancelar uno o más vuelos. Ley de la vida.

En realidad, la obligación contractual de una línea de transporte de llevarlo a destino en una fecha preestablecida tiene una larga lista de excepciones. Pero claro, hacer entender esto a una masa de pasajeros frustrados y furiosos es imposible. Tanto que las aerolíneas en todo el mundo tienen una segunda manía horrible: desaparecer del mapa al momento de dar precisamente estas explicaciones.

¿Qué hacer con la mujer que se prestó dos mil dólares de un pariente para llegar a España? Qué hacer con el niño que estaba por viajar solo hasta España a reunirse con sus padres? ¿Qué hacer con el empleado que perderá su trabajo en España por no estar presente el día de su incorporación? Estas son preguntas que debería responder quien está encargado primero y antes que nada de proteger al ciudadano. Ya saben de quién estoy hablando. Y estos queridos incompetentes sólo se lavan las manos, diciendo que es un problema entre privados.

Se atribuye a los chinos, no sé si de manera acertada, el tener la misma palabra para decir “crisis” y “oportunidad” (a mí me suena a cuento chino, pero bueno). Sea o no cierta esta afirmación, el hecho de este masivo éxodo debería haber sido una gran oportunidad para las empresas de transporte aéreo. Una de ellas, que está en expansión, aprovechó relativamente bien, aunque con poca ética laboral, que los pasajes se vendieran como pan caliente. La otra, que está en degeneración desde hace ya algunos años, firmó su sentencia de muerte. Hace no mucho escribí un artículo que nunca fue publicado (una de las razones por las que abrí este blog fue precisamente el que los periódicos ya no me dan pelota) en el que predije, y lamenté mucho, la muerte de “la Lloyd” como le llaman los cochalas. Sorprendentemente la aerolínea había tenido más capacidad de agonizar de la que había calculado: hizo falta esta crisis mayúscula para que su gente se de cuenta por fin de que no hay salvación. Por más que hiera el orgullo nacionalista, el Lloyd debe ser liquidado, y cuanto antes mejor. No hacerlo solo empeorará las cosas.

Esteban.