Too close to call

Posted on 13/02/2016

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A solo una semana de la celebración del referéndum para la modificación del Art. 168 de la Constitución, aún no están claras las cosas, permaneciendo hace semanas en un virtual empate a 50% en la única circunscripción que vale: la nacional. Según la más reciente encuesta de IPSOS, que no varía mucho de las otras dos encuestas recientemente publicadas, el No ganaría con apenas medio punto de diferencia, margen mucho menor al margen de error de la encuesta. Como en el anterior ejercicio que hicimos en este blog, vamos a considerar solamente las respuestas por el Sí o por el No, pues en el recuento solamente importan los votos válidos. Desglosando los resultados de la encuesta, tenemos una clara división entre departamentos, ganando con claridad el Sí en Pando (66,3%) y La Paz (56%), y con menor certeza en Beni (53.1%), mientras el No gana en Tarija (61,1%), Potosí (60.7%), Chuquisaca (59,8%), mientras lleva la punta con un puntaje menor al margen de error el No en Cochabamba (52,5%), Oruro (51,6%) y Santa Cruz (51,3%). También existe una clara diferencia entre lo urbano y lo rural, división que ha sido permanente en los 10 años de gobierno del MAS, con un no demasiado contundente 54,9% a favor del No, mientras en el área rural a nivel nacional 57,5% de los encuestados que señalaron una de las dos opciones dicen que votarán por el Sí.

Un desglose aún más detallado muestra cómo el Sí obtiene una intención de voto importante en las áreas rurales de Oruro, La Paz, Beni, Pando, Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí, mientras la única área rural donde gana el No está en Tarija. Inversamente, el No gana con muchísima contundencia en el área urbana de Potosí, con un 82,1% de la intención de voto válido, y en orden descendente domina con mucha fuerza en las áreas urbanas de Chuquisaca, Tarija, Cochabamba y Santa Cruz, mientras tiene ligera ventaja muy cercana al empate (por debajo del resultado nacional) como para anunciar resultados anticipados en las áreas urbanas de  Beni y Oruro. Solamente en dos departamentos el No gana en el área urbana, con 62,5% en Pando y 53,7% en La Paz, este último probablemente explicado por el peso específico de El Alto.

Dicho esto, no se puede ignorar lo que ha sucedido con el número de indecisos, aún alto pero con tendencia a la baja. A nivel nacional, esta baja no parece haber influido en gran medida en el equilibrio entre las dos opciones válidas, y no se aleja de una tasa expectable de ausentismo en un referéndum, por lo que sorprendería que varíe mucho en la semana que queda, con todo y Gabrielagate de por medio. Si bien la tasa de indecisos a nivel nacional es de 15%, no obstante, aún quedan porcentajes muy altos de indecisos de manera más localizada. Llama la atención por ejemplo que en las áreas rurales de Cochabamba y Oruro el porcentaje de indecisos alcanza 26 y 23% respectivamente, dando a pensar que pudiera tratarse de un muy fuerte voto oculto que pudiera finalmente inclinar la balanza más hacia el No en ambos departamentos. El departamento de Oruro (área urbana y rural) y los departamentos de Potosí, Santa Cruz, Pando y Cochabamba muestran también un porcentaje de indecisos muy superior al nacional, quedando claro que ambas campañas aún tienen mucho por hacer en estos departamentos.

Llama también la atención que en Oruro como departamento y en su área urbana, en el área urbana de Santa Cruz y en el área rural de Pando hay intenciones de voto nulo o blanco bastante más altas que lo que las tendencias electorales habitualmente muestran, llegando incluso a 7% de intención de voto nulo en el área urbana de Oruro, cifras que se agregan a las de los indecisos, mostrando que los mensajes de ambas opciones aún no están llegando, o no están convenciendo, a un número importante de votantes. A estas alturas y por lo cercana que será la votación, cada voto cuenta, y no parece haber una clara tendencia a romper ese empate virtual en un sentido o en el otro. Para la campaña por el Sí, esto debe ser muy preocupante, dado el historial de victorias contundentes del partido de gobierno, que muestra señales muy fuertes de desgaste y de no poder levantar el entusiasmo de su electorado habitual. Pero para la campaña por el No, esto debe preocupar aún más, pues una victoria con poco margen puede, maniobras de por medio, convertirse en una derrota en mesa, echando por la borda la voluntad popular y los esfuerzos realizados para defender la constitución que se aprobó el 2009. Si bien el escenario pudiera variar con el Gabrielagate, pues las encuestas se realizaron justo antes del lanzamiento de la bomba noticiosa, dudo mucho que su impacto sea lo suficientemente contundente en vista de que la intención de voto por el Sí parece concentrarse en espacios geográficos y sociales que tienen poco o mal acceso a la información, y los que tienen núcleos cerrados que votarán por el Sí sin importar lo que pase en los próximos 8 días. La oposición tanto partidaria como ciudadana aún tiene mucho trabajo por hacer, especialmente en La Paz y Oruro y en las áreas rurales.

Esteban

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